En la primera mitad de una emblemática década (que nos dejó glorias como Pete & Pete, Clarissa lo explica todo, y todos los shows divertidos de cuando nickelodeon era divertido y se llamaba nickelodeon) los 90, en Noruega, la tierra de las perpetuas auroras boreales (muy al estilo skyrim), donde hay veces que los días duran más; y en otras, las noches son más longevas. Un par de amigos de toda la vida compartían gustos similares por la música y el afán de crearla. Ese afán encontró un medio de canalización a través de las guitarras que ambos recibieron como regalo de cumpleaños. Empezaron a tocar (se?) y grabaron un cassette (ternuras) de uno de sus proyectos iniciales (que está de más mencionar, de hecho, toda esta anécdota está de más, pero vean si me mortifica). Este par de amiguitos, que de ahora en adelante nos referiremos a ellos como Janove Ottesen y Geir Zahl, se divirtieron por un rato. Grabaron algunos temas con un estilo pop/folk, obteniendo pequeño pero significativo reconocimiento por parte de su fiel y super culta audiencia en Byrne, quienes compraron todos, los 50, cassettes en venta. Todo bien.
Su segundo cassette vendió 100 copias. Todo pintaba divino para la pequeña banda de folk local. Sin embargo, una vez empezado el trabajo para su tercer material, Ottesen tuvo que irse para entrar a la army noruega (evento que, personalmente, creo que es una gran gran gran influencia en el estilo y atmósfera de lo que ellos harían después).
Una vez que regresó Ottesen, él y Zahl realizaron un pequeño experimento, Gnom. No fue muy exitoso, pues el estilo, aparentemente, no aportaba nada nuevo o simplemente a los noruegos no les gustó. Sin embargo, tuvieron en ese disco un glimpse de lo que los dioses del olimpo les habían en realidad mandado a realizar en esta vida: maniacadas al estilo Tom Waits (Dios). El éxito que esta onda les otorgó, provocó un nuevo rush que fue aprovechado. Entonces, sólo entonces, nació Kaizers Orchestra (who's your daddy?).
Estos vatos (benditos sean sus corazones) manejan, como ya dije, un rollo muy muy inspirado en la música de Tom Waits. Ya saben, como de circo/manicomio itinerante fra helvete (del infierno, en noruego, pues). Su cura experimental, esa madre de meter barriles de aceite como parte de su instrumentación base, su energía combinada con las historias que, disco con disco, se van entrelazando (creando toda toda una realidad alterna de la que es imposible no formar parte, una vez que los escuchas lo suficiente) hacen de Kaizers Orchestra, y en esepcial, Ompa til du dør, una de las ofertas más populares, mejor vendidas, y hermosamente no metaleras (gracias, dios) que Noruega tiene para nosotros. Amén. AMÉN A LA VERGA.
Esto ya es lo suficientemente largo (that's what she said), pero no quiero dejarlos sin el tease de este maravilloso disco. Ompa til du dør sirve como una perfecta introducción a la cura de estos vatos. La música, el estilo, y las historias. Todo, todo en Ompa til du dør tiene razón de ser. La mayoría de las canciones se relacionan entre sí (excepto un par de anécdotas paralelas, pero igualmente dignas). Es como ver una película con una estructura no lineal. Es como ver Memento, o Irreversible, o si quieren algo regnional, Amores Perros. Las historias son contadas desde diferentes ángulos, y a destiempo.
Su contenido es, además, deliciosamente oscuro. Cómo no, si hablamos de pura venganza. Partiendo del nombre del disco, que en español quiere decir "Ompa hasta que mueras". Ompa til du dør comienza con el que fue también el primer sencillo: Kontroll på kontinentet (control sobre el continente), que relata la historia de Mr. Kaizer, el líder de la mafia, quien finge su muerte para ver quién ha traicionado a la familia.
Después de eso, viene el tema que le da nombre al disco. Donde Marcello Conradas (personaje que se repite en varias ocasiones) regresa después de haber sido prisionero en las minas (del infierno) para encontrar que su esposa ha sido asesinada. Una vez localizando al culpable, cobra venganza haciéndolo bailar ompa hasta su muerte.
Así como éstas, tenemos otras muestras de pura dulzura noruega: ruletas rusas, confesiones, oraciones desde el infierno que ni Dios alcanza a escuchar, botas de concreto, últimos días en la guerra (170: sin novedad en el frente). Pura joya.
Ompa hasta que mueras termina con el himno de los Kaizers: Mr. Kaizer, hans Constanze og meg, canción con la cual suelen cerrar sus presentaciones en vivo, mismas que tienen la fama de ser, en una palabra, orgásmicas. (para muestra, chéquense Viva la Vega, en youtube)
Para que los chequen, Kontroll på kontinentet
Para que los gocen,
Por favor vuelve a subir el disco porq el link ya no jala.
ReplyDeleteMuy buena y variada música carnales. :)
ya quedó (: me habían tumbado la cuenta de mediafire, pero todos mis discos ya están arriba de nuevo.
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